Sobre el amor correspondido

Agosto 17, 2021

El amor encuentra, tarde o temprano, su par. Así sea por un instante, la alegría del amor correspondido renueva la mirada del amante. A veces, esta alegría es perturbadora para el mundo gris. A veces, esta alegría es fuerza cotidiana. “Mi santa costumbre” llamaba Unamuno a su esposa. Otras veces, la alegría se conjura con las palabras “te amo”. Otras, el amor se expresa como una sumisión. El amante abandona toda resistencia y se entrega. Todo ello es plenitud.

Te quiero
Mario Benedetti (1920-2009) Uruguay


El amor del poeta es el objeto amado, tornado cómplice cotidiano, velador de sueños, inspiración matutina. El otro completa el misterio del amante. Ya no se representa al otro como fuerza subyugadora, sino como aliento, compromiso y cotidianidad. el amor no es prisión, sino libertad mutuamente alcanzada en el horizonte compartido, en las causas por ambos buscadas.

Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos trabajan por la justicia

Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo somos mucho más que dos

Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada
te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro
Tu boca que es tuya y mía tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía

Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo somos mucho más que dos

Y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola ni cándida moraleja
y porque somos pareja que sabe que no está sola

Te quiero en mi paraíso es decir que en mi país
la gente viva feliz aunque no tenga permiso

Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo somos mucho más que dos.